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Historias de Taco Tico

15.3.95

Chinos que no pagaban se entregaron a la policía

Publicada originalmente en marzo de 1995

Dos individuos de nacionalidad china, identificados como Huan-Chan-Kein y Chin-Pin-Lin, de 33 y 36 años de edad, respectivamente, se entregaron ayer a las autoridades, luego de ser buscados por el delito de no pagar las cuentas en los restaurantes donde comían.

Los orientales, quienes son expertos en artes marciales, cinturón negro noveno dan, tenían seis meses de estar comiendo gratis en los restaurantes más finos de la capital, pues se negaban a pagar las cuentas, diciendo: “Nosotros, no pagal”, y todos los que se oponían recibían a cambio una fuerte paliza.

Varios meseros de los restaurantes afectados, que se enfrentaron con estos individuos, denunciaron ante el OIJ la pérdida de varias piezas dentales, debido a los fuertes golpes que recibieron en la cara.

El pasado 26 de agosto, los chinos decidieron visitar la soda Taco Tico, en Escazú, a pesar de que no figuraba dentro de la categoría de restaurantes finos a que acostumbraban ir, pues les habían dicho que allí vendían un pollo muy sabroso.

Cuando los sujetos ingresaron al local y tomaron asiento, el propietario de la soda, Lic. Gilbert Chavarría, inmediatamente los identificó, pues ya había visto sus fotos en los periódicos, y esto le preocupó bastante, ya que recientemente se había hecho un trabajo muy costoso en los dientes.

Los chinos pidieron una porción de pollo para cada uno, y luego de comérsela, ya Gilbert sabía que el pollo iba a salir gratis, pues de no ser así, esto le podía costar los dos ojos del color de su equipo de fútbol o una futura plancha de dientes postizos.

Pero cual sería su sorpresa, cuando los individuos dijeron: “Nosotros, sí pagal”, por lo que Gilbert preguntó: ¿Y eso, a que se debe?, y uno de ellos contestó: “Vamos a pagal, polque este pollo veldadelamente vale la pena.”

Los chinos quedaron tan contentos, que se entregaron a la policía el mismo día, y pagaron todas las cuentas pendientes en los restaurantes, incluyendo la confección de 20 dentaduras postizas a los meseros que recibieron la peor parte.