Su último deseo fue comer pollo frito

Publicada originalmente en abril de 1990

AFP, Riyad (Arabia Saudita)

Abaj Malajama, un multimillonario árabe de 85 años de edad, que padecía de una mortal enfermedad, y quien era poseedor de más de 500 pozos petroleros, pidió como último deseo en su lecho de muerte. “que le trajeran el mejor pollo del mundo.”

Su secretario personal, Mahome Jaffa, informó que recorrieron todo el continente asiático en busca del mejor pollo, pero ninguno resultó ser del agrado del millonario.

Dijo también, que visitaron países de Europa, Africa, Oceanía y América, con resultados negativos.

Cuando daban por descartada la posibilidad de cumplir con la última voluntad del ricachón, uno de los inmediatos colaboradores del secretario, encontró en un periódico viejo una noticia que decía: “OVNI aterrizó en soda de Costa Rica.” La información decía que el pollo de la soda Taco Tico había dejado encantados a seres de otro planeta.

Inmediatamente se trasladaron en jet hasta ese país centroaméricano, para adquirir una porción del pollo, la que fue llevada horas más tarde hasta la cama donde yacía el enfermo.

El acaudalado petrolero probó un muslo, se paró en la cama, y levantado una mano exclamó: “Ajúa, que pollo más pura vida”, seguidamente dio un brinco, con tan mala suerte que pegó la cabeza en una viga de acero del cielo raso, falleciendo en el acto.

El secretario dijo muy tranquilamente a la prensa, “que lo importante es que murió feliz.”